ESCENARIO
Rafael Victorio Ruiz
Riesgo en el Pediátrico
Irresponsables, es lo menos que se puede decir a los encargados de la operación y funcionamiento del Hospital de Especialidades Pediátricas de Chiapas. Ellos están poniendo en riesgo la salud y la vida misma de cientos de niños que a diario son llevados para ser atendidos de cualquier dolencia, aunque sea menor. La ruta para sacar los derechos tóxicos de ese nosocomio está en plena sala de atención –de espera- de los pacientes. O sea, los mantienen en un constante riesgo. Lo único que han hecho es poner un letrero que dice: Ruta de Residuos Peligrosos, Biológicos e Infecciosos (RPBI).
Esa es una gran irresponsabilidad del director general del Centro Regional de Alta Especialidad de Chiapas, José Luis Peñalosa y Sentíes, pero sobre todo de la directora general adjunta del Hospital de Especialidades Pediátricas, Concepción Domínguez González, pues resulta preocupante que los desechos tóxicos, porque eso son, los saquen precisamente por el lugar en donde los menores esperan ser atendidos por un médico.
Los padres de familia ya presentaron quejas ante los responsables de esos centros hospitalarios pero no les hacen caso, quizá en espera de que alguno de los niños que llegan ahí resulte infectado y ya no solamente tenga que padecer de la enfermedad por el que lo llevaron, sino otra desconocida que ponga en peligro su propia vida. Es una total falta de respeto, desidia y desinterés de los directivos, por eso, los pacientes ya no saben a quién acudir o ¿Quién podrá salvarlos? No creemos que el Chapulín Colorado.
Pero la misma atención es pésima, incluso se dice que en las clínicas del Hospital Regional o del Instituto Mexicano del Seguro Social, se quedan cortos, incluso las citas las dan con diferencias de hasta dos meses, tiempo en el cual el paciente puede agravarse o morirse, sin que a ellos les importe, eso a pesar de que quienes van ahí pagan por el servicio, que lamentablemente es grosero e insolente por parte de médicos y enfermeras. O sea, ni para donde hacerse.
El secretario de Salud de Chiapas, James Gómez Montes, a quien ya le hicieron llegar la queja se hace también del desentendido, bajo la premisa que es un centro hospitalario que depende de la Secretaría de Salud Federal. O sea, a él no le interesa el bienestar de los niños chiapanecos, ni que los hospitales ubicados en la entidad operen bien, con calidad y calidez, tal como debe ser la política de todas las instituciones del ramo, tomando el hecho que los gobiernos federal y del estado dicen que la salud es una de las prioridades. ¿Será?
Se dice que la ineficiencia, soberbia, corrupción y amiguismo es lo que prevalece en el CRAE de Chiapas y en sus hospitales de especialidades Pediátricas ubicado en Tuxtla Gutiérrez y Ciudad Salud en Tapachula, que los llevó a una huelga de más de 40 días, precisamente por la irresponsabilidad de Peñalosa y Santíes, quien está más preocupado por atender a los “amigos” del exgobernador Pablo Salazar Mendiguchía y del senador perredista Rubén Velázquez López, quienes lo pusieron ahí y lo protegen, que el ver porque esos centros operen con eficiencia.
Resulta lamentable que no puedan si quiera hacer una salida especial para los desechos biológicos e infecciosos humanos, que no se establece tampoco en donde los depositan o al lugar que los llevan para destruirlos o incinerarlos. Eso significa que el riesgo es mucho mayor y alguien debe ya intervenir y poner orden. Los niños de Chiapas no pueden estar en riesgo, ni la atención de su salud en manos de irresponsables e ineficientes.
A escena
La Secretaría de Gobernación emitió una declaratoria de desastre para el municipio de Tuxtla Gutiérrez, después de una solicitud muy rápida por los daños que sufrieron por inundaciones hace apenas unos diez días, pero en la Costa, Sierra y Soconusco, no sucede lo mismo. Desde que se inició la temporada de lluvias se han estado presentando situaciones de emergencia por encharcamientos, desbordamientos de ríos e inundaciones, deslaves y derrumbes que se cuentan por decenas, pero hasta ahora no se tienen respuestas a las peticiones de ayuda con recursos del Fondo para la Atención de Desastres Naturales (Fonden). Motozintla, Tapachula, Suchiate, Mazatán, Huixtla, Acapetahua, Tuzantán, Huehuetán, entre otros municipios están en una situación de alto riesgo de que ocurra otro “Stan” y lamentablemente no hay realmente un programa de prevención; es más, los titulares estatales de Protección Civil no se aparecen por la zona y el personal que está en la zona no es suficiente. Los habitantes de estas regiones no olvidan lo ocurrido en el meteoro del 2005 y en estos días esos recuerdos han retornado con frecuencia. La prevención, lamentablemente solamente es en base a algunos mensajes por la radio y la televisión, pero no hay planes operativos efectivos. Hay que reconocer que el Ejército y la Armada de México, son las instituciones mejor organizadas para atender las emergencias por las inundaciones y así quedó demostrado en estos días en muchas comunidades de las zonas bajas, varias de las cuales siguen entre el agua y aunque las condiciones del clima mejoraron, los riesgos siguen siendo altos… Lo ocurrido en Motozintla con el derrumbe de un cerro que sepultó las instalaciones del DIF Regional, varias casas, una gasolinera y vehículos tiene que poner a pensar a las autoridades sobre la urgente necesidad de reforestar la Sierra Madre, de no hacerlo esa ciudad como otras poblaciones de la región corren altos riesgos de desaparecer... El alcalde de Suchiate, Manuel Eleazar Serrano de la Torre, no solamente enfrenta problemas con el Organo de Fiscalización Superior del Estado que le acaba de iniciar una auditoría por múltiples irregularidades y presuntos actos de corrupción al pagar supuestas facturas apócrifas por cantidades millonarias a “amigos” constructores y prestadores de servicios, sino que también un juicio del orden familiar por divorcio que le exige su esposa, pero del cual no acepta pagar una pensión para la alimentación de sus hijos… Hasta la próxima.
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